Por: Martha Pérez Sánchez

Compartir cada sábado con
jóvenes, escucharnos, reflexionar, sentir, preocuparnos, hace parte de este
rollo, palabra que hemos tomado de la jerga popular, en la que describimos lo
complejo que es diálogo, el aprendizaje y las acciones que practicamos para cambiar
el mundo, eso sí, teniendo como principio fundamental, hacer lo que más nos
gusta.
Estudiar las nociones de
desarrollo es explorar las discusiones de diferentes teóricos que con sus visiones
han pensado las estrategias en las que se inscribe la historia del mundo, en
los diferentes momentos y en sus diferentes dimensiones; pero más que esto, el
rollo del desarrollo se convierte entonces, en las acciones que cada sujeto
emprende para aportar a su comunidad, a su nación y al planeta.

Nuestros jóvenes participantes
inventaron slogan, frases que logran dar sentido a esas estrategias, ahora si pueden sentir
que es un “progreso con responsabilidad” y las fuerzas que se configuran para
que un municipio como Cajicá brinde oportunidades a sus habitantes.
Cada sábado nos reunimos a
convencer a más jóvenes para que tomen en sus manos las riendas de su presente
y nos ayuden a mover la historia, que como dice Eduardo Galeano, es una “señora
gorda que camina a paso lento”.
Afortunadamente en el mundo
entero hay personas que cada día nos transforma y nos inspira, aquí les dejo
una estrofa para sentir y dar sentido a
este rollo que sutilmente les entregamos:
Soy,
Soy lo que dejaron,
soy toda la sobra de lo que se robaron.
Un pueblo escondido en la cima,
mi piel es de cuero por eso aguanta cualquier clima.
Soy una fábrica de humo,
mano de obra campesina para tu consumo
Frente de frio en el medio del verano,
el amor en los tiempos del cólera, mi hermano.
El sol que nace y el día que muere,
con los mejores atardeceres.
Soy el desarrollo en carne viva,
un discurso político sin saliva.
Las caras más bonitas que he conocido,
soy la fotografía de un desaparecido.
Soy
la sangre dentro de tus venas.